13 septiembre 2009

En menos de 150 palabras

Así de rápido


Esperando el camión. Tarde lluviosa. Calle encharcada. Terminal del transporte llena.

―Sí, ya voy para allá, sólo que no pasa el camión.

Joven hablando por celular a no sé quién.
Lo empujan, empuja. Lo vuelven a empujar.

―¡Ah, con una chingada, cuidado!

¿Está enojado? Está emputado.

―No, perdón, a ti no. No te dije a ti… Fue a un pendejo que me empujó.

El pendejo lo empuja. Se le cae el teléfono a la calle, a un charco.

―¡Me lleva la verga!

Va por él.

―¡Cuidado!

El camión llegó.
Lo atropellan. Gritan. Está tendido en la calle. Lo atienden. Llega una ambulancia, Se lo llevan. Lo vendan. Le cierran las heridas. Sigue inconsciente. Lo bajan en camilla. Entra a urgencias. Le canalizan una vena. Le colocan suero. Despierta.

Llega su madre.

―Ay hijo mío ¿Pero cómo te pasó esto?

―No sé mamá. Todo fue muy rápido.